Desde hace muchos años, tenemos un organismo de justicia con unas leyes muy claras que sirven para dictar el castigo que recibe una persona cuando se considera que ha tenido una conducta inaceptable.audiencia_nacional

Lo que ha cambiado con los años ha sido que cuando se establecieron todas estas leyes, la sociedad probablemente no se hubiese enterado de la imputación de alguien.

Esto lógicamente se aplica sólo a las personas cuya imputación tendría o tiene una gran implicación mediática.

Y es que, a mi modo de ver, el castigo dictado hoy en día, no colma ni la mitad de la repercusión en la vida de las personas imputadas como el simple hecho de que se sepa públicamente.

Pongamos como ejemplo el caso de Urdangarín. En caso de que se pruebe que tiene culpa, su conducta ha sido inaceptable, pero en caso de que así sea, se le darán los años de cárcel que merezca. Lo malo es que el verdadero castigo que está sufriendo es el hecho de que casi todos los días este tema es discutido en todos los medios de comunicación, y él es insultado y juzgado por casi la totalidad de los españoles.

Pero esto ni siquiera es lo peor, lo peor es que se puede dar el caso de que Urdangarín no sea culpable, y sin serlo, está teniendo que pasar por la penuria de ser juzgado continuamente, y ser conocido en toda España por su caso de corrupción por el cual los españoles le etiquetarán siempre de corrupto.

No sólo eso, sino que seguro que muchos amigos, incluso hermanos, le han dado de lado por este tema y es que sólo hay que ver como el rey de España le ha quitado el título a la infanta.

Lo que intento decir con esto es que está bien que se castigue a la gente cuando se lo merecen, lo que no está bien es que se les haga tanto daño en su vida personal sin saber si son inocentes o no. A día de hoy una persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, por lo que no lo podemos decidir el resto de las personas y distribuir nuestros juicios personales.

La sentencia que se le impone a alguien en un juicio penal, debería ser la totalidad del castigo y una imputación no debería tener más repercusiones extrajudiciales. En caso de ir a la cárcel, cualquier persona debería ser capaz de reconstruir su vida sin ser juzgado continuamente por su pasado.

En definitiva, tenemos que darnos cuenta de que hacemos mucho daño con nuestros comentarios y juicios personales, mientras que el organismo de justicia está exclusivamente para evaluar estos actos y son sus juicios los únicos con legitimidad real.

Víctor T